El secreto de la esfinge

Ana Alcolea es una escritora española nacida en 1972 en la ciudad de Albacete. Desde temprana edad, mostró un gran interés por la literatura, lo que la llevó a estudiar Filología Hispánica en la Universidad de Murcia. Su amor por la escritura y la narración de historias ha hecho que se convierta en una figura prominente en el ámbito de la literatura juvenil en España.

La trayectoria literaria de Ana Alcolea comenzó en el año 2000, cuando publicó su primera novela. Desde entonces, ha escrito numerosas obras que han sido bien recibidas tanto por el público como por la crítica. Sus libros se caracterizan por una prosa cuidada y por tratar temas relevantes para los jóvenes, como la amistad, la búsqueda de identidad, y la historia. Alcolea ha logrado conectar con sus lectores a través de relatos que combinan la fantasía y la realidad, ofreciendo un espacio donde los adolescentes pueden identificarse con los personajes y sus experiencias.

A lo largo de su carrera, Ana ha sido galardonada con varios premios literarios, entre los que se destacan el Premio El Barco de Vapor, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y el Premio de Literatura Infantil y Juvenil Ciudad de Benalmádena. Estos reconocimientos son testimonio de su calidad como escritora y de su contribución a la literatura para jóvenes.

Una de las obras más destacadas de Ana Alcolea es El vuelo del guirre, una novela que aborda la relación entre un padre y su hijo, así como el impacto de la naturaleza en nuestras vidas. En esta obra, Alcolea combina elementos de la aventura con un profundo mensaje sobre la conservación del medio ambiente, lo que la convierte en una lectura no solo entretenida, sino también educativa.

Otro de sus libros importantes es El retrato de Carlota, una obra que mezcla la historia con el misterio. En esta narrativa, Ana Alcolea lleva al lector a través del tiempo, explorando temas como el arte, la memoria y la conexión entre generaciones. Esta capacidad de crear historias que trascienden el tiempo resuena en muchas de sus obras, convirtiéndola en una autora apreciada por jóvenes y adultos por igual.

Además de ser escritora, Ana Alcolea también se ha dedicado a la enseñanza, impartiendo talleres de escritura y literatura, donde comparte su pasión por las palabras y el arte de contar historias. Su experiencia como docente le ha permitido conectar de manera más directa con los jóvenes, entendiendo sus inquietudes y deseos de encontrar su voz a través de la escritura.

En su labor como autora, Ana Alcolea ha realizado investigaciones sobre diversos temas que enriquecen sus historias. Viajar y conocer diferentes culturas también ha sido fundamental en su trabajo, ya que muchos de sus relatos están influenciados por las experiencias vividas en diferentes países. Esto se puede apreciar en su libro El vuelo del gavilán, donde se entrelazan elementos de distintos lugares y épocas, mostrando así la riqueza cultural que la rodea.

Hoy en día, Ana Alcolea sigue escribiendo y publicando nuevas obras, y su legado en la literatura infantil y juvenil continúa creciendo. Sus libros han sido traducidos a varios idiomas, lo que le ha permitido llegar a un público internacional. A través de su trabajo, busca inspirar a las nuevas generaciones a amar la lectura y a explorar el poder de la imaginación.

En conclusión, Ana Alcolea es una autora que ha dejado una huella profunda en la literatura juvenil española. Su dedicación, creatividad y pasión por contar historias la han convertido en una referencia necesaria en el ámbito literario. Con cada nuevo libro, sigue animando a jóvenes lectores a adentrarse en el fascinante mundo de la lectura y la literatura.

Una escritora viaja sola a Venecia con la intención de olvidar su ajetreada vida, y de terminar de escribir la novela que se trae entre manos. Allí conoce a un pintor y restaurador de arte, y se verá envuelta en un extraño asesinato. Sus sospechas la llevarán a entablar relación con un comisario de policía. Mientras tanto, los personajes de su novela se ven influidos por las peripecias y los sentimientos que vive su creadora.

Viaja a la mítica Tierra de las Historias, ese lugar donde todos los cuentos de hadas son reales. La Bella Durmiente estaba a punto de pedir ayuda cuando un destello enceguecedor de luz violeta inundó el bosque. La reina gritó y cayó al suelo, cubriéndose el rostro por un segundo. Olió humo, se puso de pie y miró a su alrededor. El bosque entero estaba en llamas y cada árbol se había convertido en una rueca. Ya no podía negarlo; el mayor temor del reino se había hecho realidad. "La Hechicera", susurró la Bella Durmiente para sí misma. "Ha regresado". La Tierra de las Historias ya ...

Ocurrió en el zoológico un día soleado, que papá llevó a Tete a un paseo de sábado. Al poco andar le pareció algo extraño que, en un zoológico de semejante tamaño, no había elefantes, no había gorilas, no estaban las focas nadando en filas, no había monos, no había culebras, no había jirafas, ni llamas, ni cebras. Entonces Tete dedujo, con escalofrío, que el zoológico, quizás, estaba vacío.

John Steinbeck (1902-1968) alcanzo su definitiva consagracion como escrotpr a; publicarse en 1937 De ratones y hombres, novela ambientada en California y en le epoca de la Depresion. En ese contexto, la historia de dos trabajadores temporeros que suenan en vano con adquirir unapequena granja adquiere un sentido transcendente. Y es que el dramatico fracaso de las aspiraciones de George y Lennie, personajes unidos por estrechos l;azos de amistad, no solo evidencia la fragilidad de sus suenos y el espejismo de la tiera de promision americana.

En este bello libro, Viviana Rivero y Lucía Gálvez combinan sus capacidades para ofrecer al lector, una visión más rica de diez lugares de la tierra argentina dueños de un magnetismo y un encanto especiales. Los sitios elegidos son la Recoleta, en Buenos Aires; las ruinas de Cayastá, en Santa Fe; la Cueva de las Manos, en Santa Cruz; la Casa Tejeda, en Córdoba; las ruinas de San Ignacio, en Misiones; Trevelin, en Chubut; el Valle de Uco, en Mendoza; Purmamarca, en Jujuy; los Valles Calchaquíes, en Salta, Catamarca y Tucumán; y el Club del Progreso, también en Buenos Aires.