William Wilkie Collins, nacido el 8 de enero de 1824 en Londres, fue un destacado novelista, dramaturgo y crítico literario inglés, reconocido principalmente por sus contribuciones al género de la ficción de misterio y por ser uno de los precursores de la novela policíaca. Collins era hijo del pintor William Collins y creció en una familia artística, lo que influyó en su posterior carrera literaria.
Desde joven, Collins mostró un interés por la literatura. Estudió en la Universidad de Londres y, aunque nunca se graduó, su pasión por las letras lo llevó a experimentar con la escritura. Su primer trabajo publicado fue un libro de cuentos titulado “The Memoirs of the Life of William Collins” en 1851, pero fue su novela “The Woman in White”, publicada en 1859, la que le otorgó reconocimiento internacional. Este trabajo se considera uno de los primeros ejemplos de la novela gótica y un hito en la narrativa de misterio.
“The Woman in White” introdujo personajes memorables y una trama intrincada, que capturó la atención de los lectores y críticos. La novela explora temas de identidad, locura y la condición de la mujer en la sociedad victoriana. Sus complejas estructuras narrativas y el uso de múltiples puntos de vista se convirtieron en características distintivas en la obra de Collins, influyendo en muchos autores posteriores.
En 1860, Collins presentó otra de sus obras maestras, “The Moonstone”, que a menudo es considerada la primera novela policíaca en inglés. La trama gira en torno al robo de un valioso diamante indio, y la historia se cuenta a través de las perspectivas de varios personajes, un método que crea suspense y mantiene a los lectores en vilo. “The Moonstone” no solo consolidó su reputación como novelista, sino que también sentó las bases para el desarrollo del género de detectives, el cual influiría en autores como Arthur Conan Doyle y Agatha Christie.
Además de su fama como novelista, Collins fue un dramaturgo prolífico. Escribió varias obras para el teatro y colaboró con otros escritores, incluyendo a Charles Dickens, con quien mantuvo una estrecha amistad. Su relación con Dickens fue especialmente significativa, ya que ambos compartían una visión de la literatura como un medio para abordar cuestiones sociales importantes, como la pobreza y la desigualdad.
Con el avance de la década de 1870, la salud de Collins comenzó a deteriorarse. Sufría de problemas de salud crónicos, en parte derivados de su adicción a la morfina, lo que afectó su capacidad para trabajar con regularidad. A pesar de esto, continuó escribiendo y publicando, aunque su producción se volvió menos constante. Entre sus obras finales se encuentran “Armadale” (1866) y “The Legacy of Cain” (1880), que, aunque menos conocidas que sus anteriores novelas, muestran su habilidad para el suspense y la narrativa psicológica.
Wilkie Collins fue un autor que desafió las convenciones de su tiempo, explorando temas oscuros y complejos en un estilo narrativo innovador. Su enfoque en los aspectos psicológicos de sus personajes y sus tramas llenas de giros y suspensos le otorgaron un lugar preeminente en la historia de la literatura. Falleció el 23 de septiembre de 1889, dejando un legado perdurable que sigue siendo estudiado y apreciado por lectores y académicos en la actualidad. Su trabajo continúa influyendo en el campo de la ficción criminal y el misterio, convirtiéndolo en una figura clave en la literatura del siglo XIX.