Zara eres

Todo cambió para nuestro señor Augusto el día en que compró una botella de agua, porque después quiso una mochila para transportarla, y a continuación una bicicleta para ir más deprisa, y luego un auto para hacerlo más rápido todavía.

My dad envies me. I've been an orphan since I was eight months old. Unfortunately, I was mistreated by a bad and envious father, and my whole life has been a torment with him. I will describe, in this book, my father as the person who has done the most harm to me throughout my life, for I have never encountered another person like him. Throughout my life, he has sabotaged my achievements, put me wrong with all the family and friends, and never wanted me to get ahead because he feels less than me. Of course, I have forgiven him for all the evil he has done to me, and I ask God to give him good ...

No sé si las relaciones amorosas en general sean iguales, no sé si las heterosexuales sean más sencillas que las homosexuales, pero yo sólo puedo contar de una de ellas, las segundas. Este libro va, de cómo llevo más de la mitad de mi vida intentando encontrar el amor, fracasando todas y cada una de esas veces, hasta llegar al momento en que ahora estoy, después de 14 fallidos intentos. Aquí me expongo, desde mis esfuerzos, mis aprendizajes, mis aciertos hasta mis errores, todo lo que he intentado una y otra vez para llegar a la misma conclusión, el amor y yo nos merecemos una...

Rita… Rita Macedo. Mujer, amante, madre, esposa. Estrella fugaz durante la Época de Oro del cine mexicano. Madre impaciente de Luis de Llano y Julissa. Amante por conveniencia y amante del amor. Primera esposa de un joven Carlos Fuentes, travieso y mujeriego. Mujer de sentimientos a flor de piel que quiso dejarnos sus recuerdos y vivencias desde un ojo pícaro y autocrítico, crudo y realista. La mañana del 6 de diciembre de 1993, Rita Macedo visitó a su hijo Luis de Llano en su oficina, le dijo que estaba ahí para despedirse. Horas más tarde, se quitó la vida.

Cuando cumplí 14 años, me enamoré de mi guitarra acústica y de la sonrisa de Ana... lo de la guitarra sí duró. El amor es como si todos los días fueran tu cumpleaños. Es escuchar tu canción favorita a todo volumen mientras viajas a la luna en tu Sentra 98. Es un incendio que no quieres apagar; y, a veces, es morirte de miedo. El amor te levanta de la cama a las 3:23 de la mañana para agarrar la guitarra y componer la canción más bonita del mundo. Esta es la historia de cómo siete acordes me enseñaron que el amor, definitivamente, sí es cosa de otro mundo.