La última carta

Seis personajes. Seis vidas que se cruzan entre mentiras y miserias jugando a ser lo que no son. Tres parejas que no son parejas. Seis personas que mienten y se dejan engañar para alcanzar eso que creen, es la felicidad; pero les espera otra cosa mucho más grande y terrible que toda la miseria humana.

Primero llegan la tormenta y el rayo y la muerte de Domènec, el campesino poeta. Luego, Dolceta, que no puede parar de reír mientras cuenta las historias de las cuatro mujeres a las que colgaron por brujas. Sió, que tiene que criar sola a Mia e Hilari ahí arriba en Matavaques. Y las trompetas de los muertos, que, con su sombrero negro y apetitoso, anuncian la inmutabilidad del ciclo de la vida. Canto yo y la montaña baila es una novela en la que toman la palabra mujeres y hombres, fantasmas y mujeres de agua, nubes y setas, perros y corzos que habitan entre Camprodon y Prats de Molló,...

Kristie sigue sin tener las cosas claras, no quiere volver a confiar en Luke ni perdonarle otro desliz, pero tampoco es capaz de olvidar sus sentimientos por Dennis. Necesita poner distancia, pensar, dejarse mecer por las olas y aprender a hacer surf mientras consigue encontrar una forma de centrarse. Parece que el verano en California para alejarse de Texas no es suficiente, Luke intenta recuperarla, va en su busca, quiere convencerla con palabras, ya que se ha dado cuenta de su equivocación al sabotear la única relación de verdad de su vida, pero la ha herido demasiado y no sabe si ya es ...

Sebastian es la evidencia que a la ciencia cambiará, generando el equilibrio entre ciencia y realidad...Comprendiendo a la ciencia única y universal. Limpiarán sus inquietudes, y estas expondrán a unos pocos gobernantes que ocultan la verdad. No hay sabio más exacto que la ciencia en su interior. Investiguen la energía, y el sistema universal. Y verán que entre sus mentes hay un cuerpo superior, que maneja la energía para su transformación. Religiones comprometen confusa realidad, pues por siglos se han encargado de ocultar la verdad. Son sus genes los que cambian, y las conciencias...