La noche que sangra

La novela es un relato en la que se entrecruzan dos historias: la de Tahiel y la de Annika. Un hecho extraordinario, en los límites de la ciencia ficción y lo paranormal, cambia la vida de una pareja y su familia. Dos mundos paralelos interactúan como el sueño y la vigilia.

Otro inquilino de Plaza Odot Se confirma el rumor: hay un hombre que vive escondido en el centro comercial más grande del hemisferio, de todos los hemisferios. Su existencia y paradero obsesionan a los mismísimos propietarios y sobre todo al Administrador de ese monstruo de tiendas, viviendas y oficinas. ¿Quién es ese individuo o grupo? Pronto se vuelve una leyenda urbana y toma decenas de formas en la cultura popular. Un periodista investiga el caso para un reportaje. En el camino conoce al Administrador, a su asistente, a una mujer de la que se enamora. Mientras muchos lo persiguen el...

Esme siente que si no vive con intensidad la universidad un día se arrepentirá para siempre. Por ese motivo quiere empezar sin que lo que ella considera "lastres", es decir, sin que su virginidad le impida vivir de verdad una experiencia que no se repetirá nunca más en su vida. Así que decide perderla con un apuesto rubio de ojos azules al que espera no volver a ver en su vida... Pero el destino es caprichoso y es que Andrew, que es como se llama el apuesto chico de ojos azules, estudia en su misma universidad así que seguramente se cruzará en su camino más de lo que ella esperaba....

Se trata de una relación de doce relatos cuyo nexo de unión es un punto misterioso; de ahí el nombre. En el prólogo se aclara que el misterío que se deja notar en la trama y el desenlace de cada historia es cuestión de matices, por eso el cuidado del autor de no haber querido sobrepasar el umbral. La temática es diversa y dirigida al público adulto.

De ritmo trepidante y protagonizada por personajes aterradores. La novela que consagró a Bernard Minier como el maestro del thriller francés. De todos los criminales a los que se ha enfrentado a lo largo de su carrera, ninguno ha suscitado en el comandante Martin Servaz, miembro de la Policía Judicial de Toulouse, semejante grado de horror y aversión como el diabólico Julian Hirtmann. Pero el encono de Servaz no se debe sólo a que el antiguo fiscal del tribunal de Ginebra le arrebató a su adorada Marianne, sino también a que Hirtmann, con sus perversos métodos de tortura...