El Cristiano Intercesor

Kenneth E. Hagin, conocido como el "Padre del Movimiento de la Fe", nació el 20 de agosto de 1917 en una pequeña granja en el estado de Texas, Estados Unidos. Su vida y ministerio han dejado una profunda huella en el mundo cristiano, especialmente en la enseñanza de la fe y la sanidad divina. Desde una edad temprana, Hagin sintió un fuerte llamado religioso, aunque su camino hacia el ministerio no fue sencillo.

A los 17 años, Hagin sufrió una grave enfermedad que lo dejó postrado en la cama. Durante este tiempo, se dedicó a la lectura de la Biblia y a la oración. Fue un periodo decisivo en su vida, ya que experimentó un milagro de sanidad que cambió su perspectiva sobre la fe y la salud. Este evento formó la base de su enseñanza sobre la fe y la afirmación de las promesas de Dios en la vida de los creyentes.

Después de su sanidad, Hagin comenzó a predicar y enseñar. En la década de 1940, comenzó su ministerio itinerante por los Estados Unidos y más tarde en otros países. Su enfoque en la fe, la oración y la sanidad divina resonó con muchos, llevando a un aumento en su popularidad. Hagin también fundó la Rhema Bible Training Center, donde miles de estudiantes han sido entrenados en la Palabra de Dios y en principios de fe.

• Rema Bible Training Center: Fundado en 1974, este centro de formación ha sido instrumental en la capacitación de pastores y líderes cristianos en todo el mundo.
• Publicaciones: Hagin fue autor de numerosos libros, enseñanzas y devocionales que han impactado la vida de millones de personas. Su obra más conocida es "La fe de Dios".
• Conferencias y seminarios: A lo largo de su vida, Hagin organizó y participó en múltiples conferencias y seminarios, donde compartió sus enseñanzas sobre la fe y la sanidad.

El ministerio de Kenneth E. Hagin fue fundamental para la propagación del movimiento de la fe, que aboga por la idea de que los creyentes pueden recibir lo que piden en oración si tienen fe. Este mensaje ha sido tanto aclamado como criticado, pero su impacto es innegable. Hagin fue conocido por su estilo directo y su habilidad para comunicar conceptos espirituales complejos de manera comprensible.

A lo largo de su vida, Hagin también se enfrentó a controversias, particularmente en relación con la teología de la prosperidad y el enfoque en la fe como medio para sanar enfermedades y lograr éxito financiero. Sin embargo, muchos de sus seguidores reconocen que sus enseñanzas han ayudado a innumerables personas a fortalecer su fe y acercarse a Dios.

Kenneth E. Hagin falleció el 19 de septiembre de 2003, pero su legado continúa vivo a través de los muchos pastores, líderes y creyentes que han sido influenciados por sus enseñanzas. Su vida es un testimonio del poder de la fe y la importancia de la sanidad divina en la vida del cristiano.

Hoy, su ministerio es continuado por su familia y aquellos que han sido capacitados en Rhema, llevando adelante su visión de un cristianismo basado en la fe y la confianza en Dios. Kenneth E. Hagin es recordado como un pionero en la enseñanza de la fe, y su influencia perdura en muchas denominaciones y movimientos cristianos en todo el mundo.

Érase una vez en La Habana es el título bajo el que se publica una trilogía cuyos géneros se mueven entre la autobiografía, la memoria y la crónica por una parte, y lo que se ha dado en llamar "novela-testimonio" por otra. La voz coral de personajes dolorosamente reales se entreteje para relatar algunas parcelas de la intrahistoria de las últimas cuatro décadas de la realidad cubana, enriqueciendo el testimonio de anteriores autores que han escrito sobre otros aspectos de la misma.

Es un libro de aventuras, en donde Thanee, una joven es perseguida y asesinada por un príncipe que la acosa hasta el cansancio y luego cobra vida a través de su hermano mayor quien siempre fue como un padre para ella. A través de su nueva vida conoce a unos vampiros que la ayudan a hacer justicia.

Las obras sobre el evangelio de Marcos son muy numerosas. Pero la presentada aquí es original en varios aspectos. En primer lugar, por su redacción, que es rigurosa, pero evita los tecnicismos. En segundo lugar, por su enfoque: no se trata de una lectura continua, sino de una elección de episodios que constituyen claves de lectura. El examen del arte del relato -los ecos entre el comienzo y el final, el análisis de la intriga-, la atención prestada a elementos como la ley, el sistema de pureza, los espacios (las casas, las sinagogas, el Templo... ¡pero también a la tumba!), una mirada...

Se ha dicho por parte de algunos autores que el llamado 'problema del mal' viene a ser como la roca firme donde en último término se apoya el ateísmo y a la vez la cuestión que atormenta a los teólogos. En efecto, la cuestión del mal es un tema candente y siempre actual de la filosofía y la teología cristianas. La experiencia propia y ajena de la dramática y abrumadora presencia del mal con sus dolorosas consecuencias, muchas veces extremas, nos impiden olvidar o dejar de lado esta enconada cuestión. Más todavía si somos cristianos, que sabemos que Dios es Amor y Padre de todos...