Hacia una nueva visión de la ética cristiana
Hace ya mucho tiempo, Pascal se atrevió a escribir una frase que muchos podrían repetir en las circunstancias actuales: "Tú, Señor, puedes pedirnos que te amemos, pero no puedes pedirnos que amemos la moral". Es una confesión explícita del malestar y rechazo que provoca en el psiquismo la experiencia de la obligación que se impone, de la ley que coacta nuestra autonomía, de la culpabilidad que destroza la alegría de vivir. Un pesos demasiado grande para llevarlo siempre sobre la conciencia, sin otra alternativa que aguantar pacientemente o terminar arrojándolo como algo...