Humano, más humano

Preguntas aparentemente sencillas, como ¿qué te pasa?, ¿cómo te llamas? o ¿de dónde vienes?, nos van acercando poco a poco al centro más profundo de nuestra alma, allí donde se descubre la herida originada por las cuatro infinitudes esenciales: vida, muerte, tú y mundo. Jamás seremos "demasiado" humanos: si algún horizonte tiene sentido es el de llegar a ser "más" humanos. No se trata, pues, de ir más allá de lo humano, como quiso Nietzsche, sino de intensificar y de profundizar en lo más humano. Josep Maria Esquirol nos muestra cómo de este surco en el ser humano emerge la...