Móntame en la Silla

Siempre la he querido a ella y, después de todos estos años, mi deseo seguía intacto. Creí que Sarah O’Banyon era la indicada, pero qué equivocado estaba. Seguí con mi vida e hice algo ella. Me volví jefe de la policía y hasta tuve a una hermosa hija. Cuando Sarah me compró en la subasta de solteros, me quedé atónito. Han pasado seis años. Ahora me quiere para algo, y cuando acabamos en mi dormitorio, sabía exactamente para qué. Para mi sorpresa, la mecánica sexy me esposó a la cabecera de la cama y se marchó. La parte dura no fue solo liberarme, precisamente. Resulta que...