Ahi le dejo la gloria
La noche del 26 de julio de 1822, José de San Martín se retiró discretamente del banquete que le había ofrecido Simón Bolívar en Guayaquil, se dirigió hacia el muelle y se marchó. Este gesto fue el que develó a los asistentes las conclusiones del secreto acuerdo al que habían llegado los dos libertadores durante su entrevista sin testigos: puesto que el destino definitivo de la independencia americana dependía de vencer al último bastión realista en Perú, el laureado pero ya cansado Protector se haría a un lado y dejaría sus tropas bajo el mando de Bolívar. El resto es...