Un juego de seducción
¿Serían capaces de domesticar la pasión por el bien de su hijo? Desde aquel encuentro delirante meses atrás, Roman Zayn, director general de una firma de moda, no había podido dejar de desear a Sable Cordero ni un minuto. El problema estaba en el hecho de que Sable era una estrella al alza en el estudio de diseño de su hermano, con lo que le estaba estrictamente prohibido. Incluso cuando supo que estaba embarazada y él se ofreció a apoyarla, siguió teniendo la certeza de que la intimidad entre ellos estaba vetada. Pero resistirse a una atracción como la que sentían ambos podía...