Henry Perowne es un hombre feliz. Tiene cuarenta y siete años, es un reconocido neurocirujano y está casado con Rosalind, una abogada que lleva los asuntos legales de un importante periódico. Y ambos disfrutan con su trabajo, se quieren y quieren a sus hijos, un prometedor músico y una joven poeta, y gozan de una confortable vida de placeres tranquilos e íntimas satisfacciones. Es sábado, el comienzo del fin de semana de descanso de Henry. Y es 15 de febrero de 2003, el día de las grandes manifestaciones contra la inminente guerra de Irak. Henry se despierta antes del amanecer, va...