Los Embajadores
Después de la muerte de Cristo, los discípulos estaban desanimados. Abrumados por la depresión y la desesperación, se reunieron en el aposento alto y cerraron las puertas por temor a la amenaza real de ser partícipes del destino de su amado Maestro. Para ellos, la resurrección de Jesús lo cambió todo. Durante cuarenta días, Cristo permaneció en la Tierra preparando a los discípulos para que llevaran a cabo la obra que les fue confiada. Sus palabras de despedida determinaron el rumbo de sus vidas: "Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el...